La mayor parte de su población, habita en el alto río San Juan en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató ubicados en el departamento de Risaralda. El segundo núcleo de población Chamí se encuentra en los ríos Garrapatas y Sanquininí, municipios de Dovio y Bolívar, departamento del Valle del Cauca yen el resguardo de Cristianía, municipios de Jardín y Andes en el departamento de Antioquia. También se encuentran asentamientos Chamí en los departamentos de Quindio, Caldas, el Valle del Cauca y en el Caquetá. Los chamí comparten la historia prehispánica y colonial de los embera, caracterizada por su continúa resistencia a las incursiones conquistadoras hasta el siglo XVII, cuando la mayoría de los pueblos huyeron hacia las selvas. En el proceso de asentamiento en su actual territorio, han estado en permanente contacto con poblaciones mestizas y afrocolombianas con las que comparten su área de ocupación, así como con otros actores de la sociedad mayoritaria que han configurado la dinámica social y económica de sus asentamientos.
Durante las últimas décadas han enfrentado el problema de la reducción considerable de sus territorios debido a la expansión de la frontera agrícola así como el deterioro de sus suelos; estos fenómenos han propiciado transformaciones en su patrón de residencia y explotación del medio ambiente. Este grupo se destaca por la dispersión de sus asentamientos ubicados sobre las cuencas de los ríos, en donde han desarrollado por cientos de años una cultura adaptada a los ecosistemas de selva húmeda tropical. Habitan en tambos rectangulares construidos en guadua, separados entre sí y ocupados por varias generaciones de una familia extensa. Actualmente los planes de vivienda impulsados por las entidades gubernamentales y religiosas, han propiciado la nucleación de sus asentamientos. Hoy en día son comunes las veredas conformadas por varias viviendas, una casa comunal -donde está el cepo- y una escuela.
EL BASILIO DE SAN PALENQUE... RESISTENCIA Y PATRIMONIO
Compartimos con ustedes, lo que el Ministerio de Cultura difunde sobre el Palenque de San Basilio, como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Palenque es el más importante símbolo viviente de las luchas cimarronas por la emancipación de los esclavizados así como del más significativo proceso de paz adelantado en suelo Americano en el cual La Corona española reconoció su autonomía como pueblo de afrodescendientes. De ahí que, haciendo eco de una importante publicación (Arrázola, Roberto. Palenque: Primer pueblo libre de América. Historia de las sublevaciones de los esclavos de Cartagena. Cartagena: Ediciones Hernández. 1970.) se conozca a Palenque de San Basilio como el primer pueblo libre de América. El hecho de que Palenque de San Basilio encarna y representa los esfuerzos de los primeros cimarrones en su lucha contra la esclavitud desde el siglo XVI constituye un valor excepcional en el patrimonio inmaterial de la humanidad reforzado por la declaratoria de la UNESCO del presente año del 2004 como el Año Internacional para conmemorar la lucha en contra de la esclavitud y su abolición. La gesta de los palenqueros y palenqueras es prueba singular de la capacidad del ser humano por superar el yugo de la esclavización. Benkos Bioho encarna esta gesta por la libertad y por la dignidad del ser humano. Esto perfila a Palenque de San Basilio como un espacio cultural que amerita ser reconocido por su contribución a la dignidad y emancipación de todos los que han sufrido en carne propia la infamia de su esclavización. Como lo han demostrado innumerables estudios lingüísticos, la lengua palenquera es la única lengua criolla de base léxica española que ha sobrevivido en América, lo cual le ha conferido el estatus especial de reliquia lingüística en el mundo en general. En el mundo sólo existe otra lengua criolla de estrato hispánico en las Filipinas. Además, el palenquero es la única lengua creole con una marcada influencia bantú hablada hoy por los descendientes de la diáspora africana en Colombia. Ningún otro pueblo afrocolombiano ha conservado hasta la actualidad una lengua de esta naturaleza, lo que la hace una expresión inusitada de la diversidad cultural en el país. Esto lo hace un hecho lingüístico excepcional dentro del reconocimiento de la multiculturalidad de la nación colombiana. Ahora bien, la lengua palenquera es el medio privilegiado del desarrollo de la tradición oral que no sólo refiere a un rico repertorio de cuentos, relatos y mitos, sino que también se amalgama estrechamente con la particular categorización del mundo y la espiritualidad de los palenqueros. La lengua es expresión de la cultura palenquera y esta cultura se encuentra inscrita en la lengua como los dos lados de una misma moneda. Igualmente, la cohesión social y la identidad de los palenqueros han encontrado en su lengua el más importante mecanismo ya que a través de su uso y conservación se han definido como palenqueros. Difícilmente puede encontrarse otro espacio cultural de la diáspora africana en Colombia donde las expresiones musicales tengan las expresiones musicales no sólo son de gran valor identitario y musical para la comunidad palenquera, sino que encuentran en Palenque el único lugar donde se las práctica (son palenquero, el bullerenge sentado, entre otras). Así como es el único sitio en el Caribe continental donde se toca con la marimbula y en el mundo donde se la toca con los dedos como se hacia antes en Cuba.
Toda la riqueza del patrimonio intangible de Palenque de San Basilio viene siendo amenazada por factores externos como la discriminación, el conflicto armado, la migración forzada, así como por factores internos como la escasa consolidación de los mecanismos de transmisión de algunas prácticas culturales tradicionales, el débil sentido de pertenencia en algunos sectores con capital escolar de la comunidad palenquera y la desaparición de portadores de las tradiciones. Dentro de las fuentes que ponen en riesgo a Palenque como espacio cultural de patrimonio intangible de la humanidad, se pueden resaltar las siguientes: El conflicto armado que afecta la región en general, siguen siendo objeto de discriminación acial, social y lingüística, la penetración de prácticas culturales homogeneizantes, el debilitamiento de los mecanismos de autoridad, prestigio y sanción social basados en la normatividad local, el agotamiento paulatino de los modelos locales de producción. Finalmente, se presenta el riesgo de que los abuelos y abuelas como los mayores conocedores de las prácticas y tradición cultural mueran sin pasar su legado a las nuevas generaciones. Aunque muchos jóvenes se encuentran aprendiendo manifestaciones culturales como la música, pocos son los que realmente están siendo entrenados para asumir el lugar de las rezadoras y cantadoras del lumbalú o como médicos tradicionales. La brecha generacional, que hoy es sin duda mayor que en cualquier época anterior, explica en parte el por qué se ha hecho más difícil esta transmisión de ciertos aspectos del legado cultural en manos de los abuelos y abuelas hacia las nuevas generaciones.
Poesía africana
Existe un poema Zulú, pueblo del África del sur que durante largo tiempo ofreció feroz resistencia a los invasores europeos, en el que se muestra la pugna amorosa con una exactitud si se quiere brillante, debido a que, además, mezcla reflexiones profundas y cotidianas:
El cuerpo muere, el alma sigue joven El alimento servido desgasta la vasija Ningún leño conserva su corteza cuando envejece Ningún amante está tranquilo Mientras llora su rival.
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